Hoy mi Sra. encontró una cucaracha muerta en el living. Me di cuenta porque pude oir sus gritos desde el otro lado del pasillo.
Sin dudarlo un segundo, me acerqué al lugar y al comprobar que estaba muerta (o parecía, porque descansaba con sus patas para arriba), agarrando un papel la aplasté y la puse en la bolsa de la basura.
En un acto reflejo, cerré la bolsa definitivamente con todo lo que allí había y la puse fuera del departamento para que el basurero se la lleve, a ver si no estaba muerta y se le ocurría volver a salir.
Ahora que lo pienso más friamente, para la cucaracha esto fue casi un entierro con honores.
¿ Qué puede haber mejor para una cucaracha que ser enterrada en una bolsa de basura llena de comida y restos? Toda una vida buscando un basural y lo encontró cuando ya no lo podía usar. Y tampoco puede dejarlo en herencia, porque no tiene forma de comunicarse con sus deudos.
Se murió y lo encontró...cuando ya no le servía para nada. Ni para opacar a sus vecinos, ni para saciar su hambre...ni para compartir con sus amigos. Hubiera sido mucho mejor para ella nunca haber entrado a mi departamento...una vida más austera pero vida al fin.
¿No nos pasa un poco a nosotros lo que le pasó a esta cucaracha? Buscamos y buscamos una vida mejor...todo termina en el mismo lugar. Mejor un poco de hambre en compañía de los amigos que enterrado en una montaña de oro que no puedo usar.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
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