No soy un fanático del cine. En realidad me gustan mucho las películas, pero no soy de ir al cine. Si tenemos en cuenta que hace rato que no voy al video club y que no pago canales premium de películas, el cine a mi me llega con suerte 18 meses después del estreno.
Y claro, más allá de todas las conversaciones en las que no puedo participar por no haber visto tal o cuál película, al menos selecciono muy bien que veo, porque 18 meses después del estreno no todas las películas llegan a mi casa.
Es que el buen cine tiene magia, te lleva a otra dimensión y cuando se termina querés verlo de vuelta, como cuando eras niño. Este fin de semana me vi UP, de Pixar y si sos como yo, la tenés que ver. No soy el mismo que era antes de verla y me la voy a ver 18 veces más por lo menos.
No pretendo aburrir al 95% que ya la vió ni arruinarle el momento al otro 5% que no lo hizo, pero si bien toda la película es increíble hay una parte que me dejó realmente asombrado. Esto ocurre ya bien transcurrida la película cuando la casa del Sr. Fredickson (tal el nombre del personaje central) no vuela. Y para lograr que vuele de vuelta y poder cumplir el sueño de su difunta esposa tiene que tirar por la ventana un montón de cosas que pertenecían a ambos, entre ellas el sillón que ella ocupaba en la sala de estar.
Es un concepto realmente magnifico por muchas cosas, pero principalmente porque la vida es movimiento y para poder avanzar y llegar adonde querés llegar, tenés que primero dejar atrás aquellas cosas que te impiden moverte. Y las cosas que te atan al pasado generan inercia. Al pasado hay que transformarlo en energía para el futuro dejando atrás los residuos que no sirven a tal fin, algo que mi viejo me enseño en muchas, muchísimas oportunidades.
El otro momento que voy a compartir y prometo ya no molestarlos más (insisto, da para verla 48 veces), sucede cuando el Sr. Fredickson se encuentra con su heroe juvenil, solo para descubrir que no era quién el pensó que era. Y eso también me pasa habitualmente: me la paso idealizando cosas sólo para descubrir que al momento que las tengo ya no las quiero o que no son lo que pensé que eran.
Gracias UP por permitirme volar, por llevarme en esa dirección y por hacerme recordar que lo más importante en la vida es perseguir los sueños de juventud, aún cuando al momento de alcanzarlos no sean lo que alguna vez pensamos que eran.
Para los que me leen en el blog, un link para disfrutar siempre con la canción central de la película: http://www.youtube.com/watch?v=GroDErHIM_0&feature=player_embedded
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
martes, 23 de noviembre de 2010
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