La pileta que tenemos en la casa se va poniendo de a poco cada vez más verde. Mucho tiene que ver con esa situación el hecho de que ni mi esposa ni yo conseguimos alinear esfuerzos a la hora de la limpieza.
Ella compró un cepillo pequeño con mucha cerda que es muy bueno para limpiar las paredes, pero no ayuda a barrer el fondo. Yo en cambio me contento con uno viejo que estaba en la baulera del dueño, que es mucho más grande y limpia bien el fondo pero no las paredes.
Así cuando limpia ella, queda basura en el piso y cuando limpio yo, las paredes siguen sucias. El resultado sería otro si tanto ella como yo nos tomáramos el trabajo de cambiar cepillos a la mitad de la limpieza, pero queda claro que a esta altura eso no va a suceder. El día que me muera, me van a enterrar con mi cepillo largo y supongo que el de ella también va a desaparecer el día que ya no esté.
La vida está llena de situaciones parecidas donde 1 sólo tipo de política hace el trabajo por la mitad. Es la famosa lucha entre los liberales y los conservadores o las corrientes económicas ortodoxas o heterodoxas. Te puede gustar más una u otra, pero por si solas no te llevan a ningún lado.
En la vida, como más de una vez me lo explicaron , hay que ser menos dogmático y más circunstancial. No propongo dejar de lado las creencias ni los principios de cada uno, pero si que por lo menos tengamos la habilidad para reconocer que del otro lado de la trinchera, también hay un poquito de verdad.
Sucede que la vida fue concebida para aquellos que con mayonesa y ketchup, pueden disfrutar de una buena salsa golf. El resto, se está perdiendo de algo.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
martes, 1 de febrero de 2011
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