Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
domingo, 26 de diciembre de 2010
Gracias Néstor y Cristina
Los que me conocen, saben que para esta época del año se me dá por hacer balances. En realidad soy un economista enfermo que se la pasa todo el tiempo midiendo todo, como el contador de "El Principito", pero la cosa se vuelve enfermiza a fin de año, donde reviso lo que hice bien, lo que no y hago mis propósitos para el año siguiente, confesión de por medio.
Y si tengo que criticar algo de lo que hice este año es mi falta de gratitud. He sido un verdadero ingrato, debo varios regalos de casamiento y no fui muy generoso con los de cumpleaños. Ni siquiera estuve cerca de dejar un diezmo en la iglesia. Le echo la culpa de todo esto a la mala situación económica por la que atravieso, sin duda de las más precarias de mi existencia donde hace rato que gasto más que lo que entra. Pero no todo son excusas: hay que dar hasta que duela decía Santa Teresa y yo estoy lejos de eso. Me consumo mis stocks y no los comparto, me la paso criticando al gobierno sin poder observar todas las cosas buenas que hacen y tantas cosas más.
Algo así se lee en varias banderas y pintadas que inundan el conurbano bonaerense: "Gracias Néstor. Argentina de pie". Esta es gente que a diferencia del que suscribe y a pesar de su inestable situación económica, sin duda más precaria que la mía, sabe agradecer. Es algo que tengo que aprender a hacer y que tal vez algún sicólogo me pueda ayudar a resolver. Por algún motivo, no soy una persona generosa.
Es más, me debería quemar los pies en el infierno si sigo siendo así de ingrato. Y no sólo eso: para recibir hay que dar y obvio, la mía es una situación en la que me consumo internamente aferrándome a algo tan vil como el dinero sin compartir nada. No tiene mucho futuro, porque queda claro que mis stocks tienen un límite cada vez más próximo y que nadie me va a compartir nada si yo antes no lo hago.
Pero no todo son defectos. Si hay algo positivo de este año que tengo que reforzar de cara al 2011 es mi sentido del humor irónico, ese que me permite seguir viviendo a pesar de las pálidas. Que otra te queda cuando vas a cargar nafta y ves que hoy sale 10% más caro que la semana pasada y que tu ingreso que ya no alcanzaba ahora alcanza un 10% menos? O aprendés a reirte, o te caes en un pozo depresivo sin retorno. Yo elijo lo primero.
Y sintetizo entonces mi sentido del humor y mi deseo de ser una persona más agradecida en la siguiente oración, inspirada en las banderas del conurbano y el precio de la nafta, hoy por encima de los valores del 2001: "Gracias Néstor y Cristina. Argentina a pie"
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