Hace cosa de 2 meses me anoté en un gimnasio. Estaba cansado y sentía que parte de eso tenía que ver con la falta de actividad física. Por otro lado, venía con bastante tiempo libre y el gimnasio es un mata tiempo perfecto. Sin embargo, con esas cosas siempre me suele pasar lo mismo: soy pura motivación al principio, pero después la falta de resultados concretos me desanima.
Semana a semana fui aumentando las cargas y las series, pero cuando me miraba al espejo, seguía siendo el mismo flacucho panza hundida de siempre. Algún amigo me definió hace un tiempo como "gordito adelgazado". Nunca fui gordo, pero para que negarlo, parezco un toon al que lo atropeyó algún camión.
Estaba por cancelar todo cuando sucedió lo impensado: se descompuso el lavarropas y tuve que revolver el placard para encontrar una remera. Apareció una "slim fit" (entallada o bien de trolo...) y de golpe parecía algo así como un superheroe. Ahí me di cuenta de la importancia del benchmark: lo que 8 semanas de Gym no habían conseguido, una remera más justa transformaba a la perfección.
Era más groso que antes de las 8 semanas? Seguramente no, pero que importaba ya si con una remera 2 talles más chica parecía un patovica? En realidad es un concepto que el Kirchnerismo se ha dedicado a replicar hasta el hartazgo: cada vez que hay un problema, cambian la vara y seguimos. Supongo que en algún momento van a tener que sincerar, pero hasta ahora vengo esperando y nada che. Habrá que esperar a que se les rompa el lavarropas...
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Una del Benchmark...
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