En su libro "Argentina Ciudadana", el Rabino Sergio Bergman hace un paralelismo entre el génesis y otros episodios de la biblia y el surgimiento e historia de la nación Argentina.
Tal vez porque no aparecen mencionados ni en el arca de Noe, el Rabino dejó afuera a los gorilas, que son sin duda una pieza central en la historia de nuestra patria. Pecando de revisionista histórico, me animo a decir que Belgrano, defensor de la corona Borbona fué el primer gorila. Rivadavia que tomó la primera deuda externa el segundo y así siguiendo, pasando por ejemplo por Sarmiento que tuvo el tupé de traer a educadoras "yankees" provenientes de Boston. Un vende patria en todo sentido.
Pero el gorilismo no es solo una práctica nacional. Muchos otros gorilas se han encargado de socavar nuestra identidad nacional, entre ellos el famoso chicano Codesal, que en la final de italia 90 cobró un penal inventado y expulsó al bueno de Monzón sin motivo alguno, definiendo el partido a favor de Alemania. O también la enferemera gorila esa que se lo llevó al Diego al antidoping del 94.
Y para muestra basta solo un botón: ahora aparece un ignoto juez suizo flor de gorila que tiene la peregrina idea de pedir información sobre nuestro impoluto compañero Hugo. Como se le puede ocurrir semejante cosa?
Lo primero que tengo que decir es que somos una nación que nunca va a aprender a vivir sin inflación, sencillamente porque somos un conjunto de vivos que siempre queremos cobrar un peso demás. Peso va, peso viene, la espiral inflacionaria está a la vuelta de la esquina. En ese contexto, lo mejor que nos puede pasar es que exista alguien como Guillermo Moreno: si sabés que tenés una enfermedad que nunca vas a solucionar, no es mejor que el doctor te diga sistemáticamente que estás bien? Total, nunca lo vas a solucionar. Eso es Moreno hoy...un buen compañero que nos hace la vida más llevadera.
Y entonces se agranda la figura de Hugo: si el Sr. Moreno dice que la inflación es de 10% y Hugo con su barba de Papá Noel nos negocia aumentos salariales de 28% en promedio, no es merecedor de un premio? No solo nos consigue aumentos, sino que además pelea para elevar la vara impositiva, generando una doble ganancia. Justo es entonces que Hugo se lleve algo de todo eso. No te parece que cada uno de nosotros le debemos a Huguito $1 por año para que el negocie estos aumentos por nosotros? Es necesario que un gorila suizo se entrometa tanto en nuestra vida e investigue a Huguito? No way...
Que se entienda: es mucho mejor para todos que Hugo se cobre algún billete por izquierda en forma compulsiva a que él deje de negociar por nosotros. El maldito gorila suizo metiche nos va a costar carísimo. Casi tan caro como pagar los bonos atados a inflación a la tasa inflacionaria que estiman los gorilas liberales esos que andan pronosticando tsunamis financieros.
No le demos más vueltas: que vivan Hugo, Guillermo y el modelo K. Muerte a los malditos y salvajes gorilas vendepatrias. Y si no está de acuerdo, estimado lector, será que Ud. también tiene un gorila guardado en su ropero.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
sábado, 19 de marzo de 2011
Peligro: Gorila suizo suelto y descontrolado...
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