Para sentirme más cerca de la gente de mi país, y harto ya de leer en el diario que Cristina llora por los guerrilleros muertos en la década del 70, que Moreno dice que no hay inflación, que Moyano, D'elia y De Mendiguren se asocian para defender el modelo y tantas otras cosas, decidí montar un piquete en Berlín para reclamar la liberación de las exportaciones y la quita de retenciones.
La primer regla del piquete, es que tiene que ser 100% prensable. Además, tenés que elegir un lugar cerca de algún parque, con buen sol y obvio que tenga bastante tránsito. Decidí que el lugar más reconocible por el mundo entero era la célebre puerta de Brandenburgo y me puse en camino. Ya podía ver en los titulares de los matutinos "El paro agropecuario llega a Alemania" y una foto mía quemando la foto de Cristina.
Una vez en la puerta, el primer problema que encontré fue reclutar el ejército de piqueteros argentinos que me ayudara en la tarea. En realidad, no es que no haya argentinos turistas por acá, pero tenemos una serie de costumbres increibles que nos hacen irreconocibles.
La primera es que en el exterior nos comportamos distinto: hablamos otro idioma entre nosotros hasta en la calle y no tiramos papeles en la calle no sea cuestión que nos confundan con argentinos . Como además la inmigración europea fue fuerte, los rasgos tampoco nos delatan. Y encima cuando encontraba a alguno, siempre venía con bolsas de compras del shopping y se excusaba.
Como por el motivo anterior no pude conseguir otros argentinos que se sumaran a la manifestación y a raiz de que como piquetero unipersonal no podía parar ni a 1 bicicleta, puse unos miguelitos divinos alrededor del Reichstag para poder así detener a los autos y atraer a la prensa.
En cuestión de segundos la primer explosión de las que seguramente iban a ser varias. Bingo...cayó el primero pensé. Acto seguido, aparece un policía que se baja del patrullero y empieza a revisar lo sucedido. Se percata de que la patrulla tenía 2 cubiertas reventadas (las que yo pensaba usar después para armar el piquete...!) y mirá alrededor.
Al minuto, un alemán bebido me marca desde la vereda de enfrente (debe haber sido un borracho radical K). No me alcanzan las piernas para salir corriendo, pero desafortunadamente me da alcance y trato de hacerme el desentendido:
"Argentina, campo..." no me responde nada che..."Argentina....Maradona...soccer"...menos que menos...El tipo se estaba impacientando....Le muestro entonces la pancarta que decía "No a las retenciones. Asado para todos". Y de golpe en un castellano perfecto del barrio de Flores me dice "negro...vas a tener que explicarle eso al comisario...A menos que...para, no acá no. Pasame tu documento con el billete adentro".
Por suerte, las exportaciones de policias van en alza y si se comportan como los nuestros en Argentina. "Sabés lo que pasa?" me dijo "acá gano euros y encima lo más riesgoso es rescatar gatos de los árboles...vos sos el primer nabo al que casi tengo que detener" A cambio de 20 Eur y después de ayudarlo a reemplazar las cubiertas, me dejó ir sin más. El piquete? Rico che...armé un fueguito con la foto de Cristina y puse carne brasilera a la parrilla...
La primer regla del piquete, es que tiene que ser 100% prensable. Además, tenés que elegir un lugar cerca de algún parque, con buen sol y obvio que tenga bastante tránsito. Decidí que el lugar más reconocible por el mundo entero era la célebre puerta de Brandenburgo y me puse en camino. Ya podía ver en los titulares de los matutinos "El paro agropecuario llega a Alemania" y una foto mía quemando la foto de Cristina.
Una vez en la puerta, el primer problema que encontré fue reclutar el ejército de piqueteros argentinos que me ayudara en la tarea. En realidad, no es que no haya argentinos turistas por acá, pero tenemos una serie de costumbres increibles que nos hacen irreconocibles.
La primera es que en el exterior nos comportamos distinto: hablamos otro idioma entre nosotros hasta en la calle y no tiramos papeles en la calle no sea cuestión que nos confundan con argentinos . Como además la inmigración europea fue fuerte, los rasgos tampoco nos delatan. Y encima cuando encontraba a alguno, siempre venía con bolsas de compras del shopping y se excusaba.
Como por el motivo anterior no pude conseguir otros argentinos que se sumaran a la manifestación y a raiz de que como piquetero unipersonal no podía parar ni a 1 bicicleta, puse unos miguelitos divinos alrededor del Reichstag para poder así detener a los autos y atraer a la prensa.
En cuestión de segundos la primer explosión de las que seguramente iban a ser varias. Bingo...cayó el primero pensé. Acto seguido, aparece un policía que se baja del patrullero y empieza a revisar lo sucedido. Se percata de que la patrulla tenía 2 cubiertas reventadas (las que yo pensaba usar después para armar el piquete...!) y mirá alrededor.
Al minuto, un alemán bebido me marca desde la vereda de enfrente (debe haber sido un borracho radical K). No me alcanzan las piernas para salir corriendo, pero desafortunadamente me da alcance y trato de hacerme el desentendido:
"Argentina, campo..." no me responde nada che..."Argentina....Maradona...soccer"...menos que menos...El tipo se estaba impacientando....Le muestro entonces la pancarta que decía "No a las retenciones. Asado para todos". Y de golpe en un castellano perfecto del barrio de Flores me dice "negro...vas a tener que explicarle eso al comisario...A menos que...para, no acá no. Pasame tu documento con el billete adentro".
Por suerte, las exportaciones de policias van en alza y si se comportan como los nuestros en Argentina. "Sabés lo que pasa?" me dijo "acá gano euros y encima lo más riesgoso es rescatar gatos de los árboles...vos sos el primer nabo al que casi tengo que detener" A cambio de 20 Eur y después de ayudarlo a reemplazar las cubiertas, me dejó ir sin más. El piquete? Rico che...armé un fueguito con la foto de Cristina y puse carne brasilera a la parrilla...
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