Record Exportador

Abro el diario de hoy y veo que estamos frente a un nuevo record de exportación de granos, lo que hace bastante sentido, porque somos un país escencialmente agro productor. Lo que no esperaba encontrar era un incremento tan importante en otras exportaciones. Pero el Sr. K siempre nos sorprende y este modelo exitoso nos está llevando para arriba.

En Alemania no paro de encontrar exportaciones no tradicionales Argentinas y se me infla el pecho cada vez más. A saber, el otro día fui a almorzar a un restaurante llamado Rosario que proclama "Argentinische Steak". Aunque la carne está claro que hace rato que viene de cualquier lado, el nombre, la bandera y la foto del Che en el menú me hacen sentir como en casa. Estamos exportando la revolución, el nombre y porque no también el concepto de "Carne Argentina". Un triplete más que interesante que incrementa sustancialmente el PBI.

Hace rato que exportamos además profesionales como el que suscribe, pero no es solamente esto. Harto ya de que la bici me dejara a pata cada 2x3, decidí comprar un 2x2 y soy el propietario de un carro. "A vos si que no te va nada mal gordito" me espetó el otro día la presidenta cuando me dijo que iba a poner un nuevo impuesto a los profesionales radicados en el exterior, que se va a cobrar a la entrada al país cuando querramos pasar Navidad con nuestros familiares.

El hecho es que con mi vehículo pude presenciar otras exportaciones no tradicionales hasta el momento ocultas: la primera es la del flaco malabarista. Con una divina remera de la selección este amigo me deleito con la danza del fuego a 10 cuadras de mi casa. A 15 cuadras, me crucé con 2 turcas que trapito en mano me quisieron limpiar el vidrio. No conocían el truco de encender el limpiaparabrisas para ahuyentar molestos y casi pierden 2 falanges.

Pero no es todo: por hacer una maniobra indebida, fui perseguido y encerrado por otro auto del que se bajaron 2 amigos con ganas de pelear. De nuevo, copiaron solo la parte de bajarse del auto para pelear, pero se olvidaron de cerrar la banquina, por donde muy sutilmente y después de levantar mi dedo mayor me escapé más feliz que nunca de ver como están creciendo nuestras exportaciones.