Uno de mis dibujos favoritos es Pinky y Cerebro, los 2 ratones de laboratorio que quieren conquistar el mundo. No es de extrañar que muchos de mis proyectos tengan mucho de „plan de Brain e implementación de Pinky“. A decir verdad, al igual que los célebres ratones, este escritor también tiene serias alteraciones mentales. Dame un excel y te transformo cualquier cosa en un negocio millonario.
Después del fracaso con la reventa de tickets, decidí probar con mi faceta de RRPP. Me propuse iniciarme con la más fácil, armando mi propia fiesta de despedida de laburo. El truco es de novatos: vas a un bar, decís que querés organizar tu fiesta de cumpleaños, y pedís una reserva para 20. Tras cartón, invitás a 300 y al final del evento te acercás al dueño y le presentás tus credenciales para manejarle alguna noche con tu lista de invitados. En el excel funciona redonda...en la realidad las cosas a veces no salen como las planeaste.
Con la excusa de que algunos invitados iban a llegar apenas salieran del trabajo, le pedí al dueño del cheboli que abriera las puertas ½ hora antes de lo normal (17:30 hs), a lo que accedió sin chistar. Había pasado 60 minutos de la apertura y ninguno de los 300 apareció. El problema es que tampoco estaba ninguno de los 20 y a esa altura estaba bastante claro quien se tenía que empezar a tomar cada una de las 40 cervezas comprometidas.
Fue el comienzo del fin. 3 horas y 8 cervezas más tarde a duras penas si me podía mover para despedir a los 7 invitados que finalmente aparecieron. Con mi mejor sonrisa me dirigí a barman, pagué las 40 cervezas y me retiré a mis aposentos para planear que iba a hacer a la noche siguiente...por cierto: no va a ser revender entradas de conciertos ni organizar eventos.
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