La noche de Berlín tiene su onda. Queda claro que casado y con 2 pibes no vas a ningún lado, pero si venís soltero, tenés menos de 40 y te gusta la noche, este es tu lugar: hay fiestas todas las noches y la oferta es variada. Tampoco te voy a engañar, las minas tienen una onda medio traba y van demasiado al frente para mi gusto, pero bueno, tal vez eso tampoco sea un problema. Digo, en el fondo se supone que viniste a divertirte y eso incluye cualquier tipo de diversión. Y cuando digo cualquier tipo, me refiero a cualquier cosa, incluídos los caramelos de colores y todo lo demás.
En mi caso la noche se limita a visitar ocasionalmente algún lugar bailable y la mayoría de las veces en compañía de mi Sra. Hace poco fuimos a bailar tango, algo que se supone los argentinos sabemos hacer y que nosotros nos encargamos de desmentir.
Como sea la anécdota para por otro lado. Vamos a boliche, estamos bailando punchi punchi y saltando descontroladamente y se me acerca un "dealer". Me mira y me dice: "esta buena...". Le respondó antes de que siga:" es mi Sra...". Se para y cambia el speech: "bien...bien...no querés pasar a la historia esta noche?". Me intriga... después de todo uno siempre sueña con ser el #1. Le respondo: "puede ser....tenés algo bueno?". Me dice: "bueno? Con esto pasás a la historia seguro. No se olvida más viejito". Suena convincente. "Cuanto?" le pregunto, siendo que ando un poco corto de fondos. "Mirá...ando pidiendo €10 por 5 grs." Nah...por eso no comprás ni un trago en la barra. Es un hecho man...voy a ser rocket man...voy a volar tonite.
Sacó la billetera, busco un €10 y se lo doy. El pibe saca un paquete y me da lo mío: un papel similar a los que te venden en la despensa cuando comprás queso para sandwich. Lo abro y se confirma mi sospecha: una feta de jamón crudo. Entonces lo agarro al dealer del cuello y le digo: "flaco, vos me estás jodiendo? Que es esta mierda?". "Jamón serrano BIO del corte ingles viejo...y si vas a la barra, están vendiendo sanguches de pollo que te hacen volar".
El fin de semana pasado había leído en un diario argentino que en los boliches de la costa se vendía Viagra + red Bull + extasis como el coctel ideal para una noche voladora. Les deben estar mintiendo como siempre. Acá en la noche berlinesa funciona sanguche de pollo y jamón bio de primera calidad. Que no te vendan gato por liebre....
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Acerca del autor....
MillenniumMan es el primer Cyberhero del mundo. Llega al planeta tierra en un repollo nocturno, disfrazado de chicharrón. Deja atrás su vieja presencia anodina para transformarse en un ser social agradable que solo es feliz destruyendo paradigmas. Se convierte en ícono social atendiendo a cuanto evento lo invitan. Sale de tapas reiteradamente y encara mujeres como si fueran cervezas. Su hobby favorito es jugar tenis y vivir según sus propias reglas. Funda este blog para generar conciencia y abrir las mentes de los lectores. Lo que antes era solo una posibilidad, hoy es una realidad y mañana un hecho consumado...su visión no tiene límites y no le teme a nada más que los murciélagos. Enemigo declarado de las autoridades del país, se radica en el exterior desde donde planea su retorno para construir un mundo mejor para todos.
Pegó duro lo de menos de 40... en un par de años vamos a poner con menos de 50 jajaaa! Si bien es cierto que te podés divertir a cualquier edad (sino miren a Berlusca), en el ideario esa etapa bolichera no debería superar los 30.
ResponderEliminarVale la pena aclarar que Berlín es una ciudad con una cultura muy adolescente: miles de casas pintadas con grafitis y muchísimos estudiantes que vienen acá porque es barato. El tema es que estudian hasta pasados los 30 (las carreras son eternas) y después viven una buena vida hasta los 40...yo llegué tarde (o me casé temprano bah)
ResponderEliminarSalu2
Gran ciudad! uno se puede perder sin necesidad de marcar en el mapa lugares a los que ir..siempre se encuentra uno.
ResponderEliminarAdemás, funciona como una especie de arca de noé en forma de metrópolis,. uno de cada especie, en cada esquina.
Salud por la redistribución de la especie humana