He probado a esta altura de mi vida diversos mecanismos para llegar a tiempo a una cita, entrevista, reunión, colegio, clase, oficina etc. Tengo una sola conclusión: fue, es y será imposible. No importa lo que haga, nunca lo voy a conseguir.
Supongo que tiene que ver con alguna fuerza sobrenatural de esas que abundan y que me impide alcanzar mi objetivo. Sino, sería poco más que inexplicable. Es que no es que sea descuidado o que no lo intente: sencillamente cuanto más lo intento peor me va.
Lo encuentro bastante similar al Sushi, en el sentido que "no importa cuanto haya, siempre podés comer más". A mi con el tiempo me pasa lo mismo, nunca me alcanza. Así si salgo 30 minutos antes de mi casa para asistir a una reunión a escasas 3 cuadras, lo más probable es que me choque con algún amigo de la infancia, que un cana me retenga por andar sin documentos o que tenga que cruzar 5 abuelas y llegue tarde. Si opto por salir con 45 minutos de antelación, el ascensor se traba, me encuentro con 2 amigos y tengo que cruzar 8 abuelas y así siguiendo.
En mi humilde opinión, todos seríamos más felices si quedásemos en encontrarnos en "espacios temporales" del estilo "cuando el sol brilla +" o "cuando el sol se pone rosita sobre el mar". Al menos no llegaría tan tarde a todos lados. O tal vez si, pero podría argumentar mejor. No hay nada que hacerle, a mi el idiota que inventó el reloj, las horas, los minutos y los segundos, me arruinó la vida.
Kill the clock, kill the clock...kill the clock
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
jueves, 15 de abril de 2010
El tiempo, ese maldito invento...
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