Hace un tiempo que quiero empezar a escribir una serie de cuentos cortos sobre la muerte, el origen del universo y otras yerbas metafísicas. No encontré el momento aún, pero ya va a llegar, porque entre otras cosas, si tenés algo que decir, no te vas a morir antes de decirlo.
Por algún motivo que desconozco además, esta semana se me ocurrió que tenía que hablar de algo tan intangible como el purgatorio. Y me quedé pensando en que era el purgatorio y que sería el cielo.
Y en realidad la conclusión que saqué es que el purgatorio (al menos para mí que soy un meritocrático) es un lugar alejado de Dios en el que me va a tocar ver como todos aquellos a los que yo considero inferiores, chorros, pecadores y corruptos, se pasean del otro lado del cristal, disfrutando de la gracia divina.
No lo voy a poder tolerar y me va a parecer tan injusto como le pareció al hermano mayor, el recibimiento del padre al hijo pródigo. Creo que es la parábola que más ruido me hace: como voy a entender por ejemplo que Néstor esté en el cielo? Me debería parecer cuando menos injusto.
Bueno, para un meritocrático todo es injusto, todo absolutamente todo es motivo de reclamo en tanto y en cuanto las cosas no salgan de acuerdo a la percepción del mérito que el mismo crea, seguramente también con condimentos de subjetividad.
Lo increíble del caso es que mientras pensaba todas estas cosas y le iba dando forma a mi post, tenía en mente que este 1/5 se cumplen 3 años de la partida de mi viejo. Y mientras mis pensamientos corrían en una dirección, en la radio sonaba Mike + The Mechanics con su tema “The Living Years”, que versa justamente acerca de lo difíciles que son muchas veces las comunicaciones intergeneracionales y el dolor que supone el no saber decir las cosas a tiempo.
Escribo este post además desde el mismo escritorio desde el cuál mi padre escribió y pensó muchas otras cosas durante casi 30 años. Sabiendo que él era un fanático de “La Metamorfosis” de Kafka, donde se plantea justamente esta idea de la vida después de la muerte en la forma del que viene después que uno, no puedo dejar de asumir que está en el cielo disfrutando mientras me ve a mi escribir en su mismísimo escritorio.
En cuanto a mi, un meritocrático en un país donde Cristina es presidenta, El Anses nombra directores en las empresas privadas, alguien llamado Alfonsín es la única alternativa opositora al modelo y Moyano mete 300,000 personas en la 9 de Julio…yo estimado lector, estoy en el séptimo infierno.
Les dejo al menos el video de Miguel y los mecánicos porque vale la pena
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
domingo, 1 de mayo de 2011
De cielos, infiernos y purgatorios
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