Ir a una cancha en Alemania es un evento en si mismo. Lo primero que sorprende es la buena onda: pude ir en un vagón de tren lleno de germanos que no paraban de saltar y tomar cerveza vistiendo mi celeste y blanca sin que nadie me tocara un pelo.
Digo, un alemán yendo de Retiro a Nuñez ostentando una remera con colores negro, rojo y amarillo seguramente no llega con vida al estadio. Pero acá la cosa es un poco distinta y hasta me convidaron un trago mientras no paraban de saltar. Si tuviera que poner un comparativo político diría que la hinchada Argentina es el tipo K (o estás con ellos o preparate para correr) y la hinchada Alemana es del tipo "oposición": no importa el color de tu bandera, sos bienvenido.
Me sorprendió para bien Argentina: metieron todos como pide el Diego, incluido Messi que corrió y hasta trabó a uno de atrás (y se ganó una amarilla por eso). Y me sorprendió para mal Alemania porque no jugó nunca. Ambos salieron a la cancha a no perder, pero Argentina lo hizo con más dignidad y se animó un poco más cuando vió que el rival no cruzaba la mitad de la cancha. Y en vez de criticar a Maradona por sacarlo a Higuaín que fue el que hizo el gol, lo voy a criticar al DT alemán, porque nunca entendió el partido, mandó delanteros a la cancha cuando el medio campo nunca generaba nada y se quedó sin ideas desde el minuto 0.
Me queda claro que contra equipos que juegan vertical y lineal como Alemania, Argentina puede jugar sin problemas. Cuando haya que enfrentar a Brasil o España que tienen juagdores que de repente se salen de libreto es otra cosa, pero tal vez para esa época el equipo esté más asentado.
En mi humilde opinión, nos sobra Messi: en todas las jugadas le tiran la pelota para que resuelva y es tan evidente que hay 10 rivales haciendo cola para quitarle el balón. Las pocas veces que buscaron por el lado de Di María, mientras Messi se llevaba la marca, hubo más peligro. Cual es la diferencia con Barcelona? Bueno, ahi los rivales tienen que marcar a todos, porque cualquiera te hace un gol. Acá está claro que la pelota va adonde está Messi.
Pero dejo ese análisis para los entendidos del fútbol. Lo mío es una apreciación de un tribunero.
Terminó el partido, un alemán se dio vuelta para felicitarme por la victoria y una Sra. mayor me dijo que le encantaba mi país. Los amigos alemanes seguían tomando cerveza, sin embargo el único feliz en el tren de regreso tenía una remera celeste y blanca.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
sábado, 6 de marzo de 2010
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