El gobierno se decidió a combatir la inflación de la peor manera: mostrando como la presidenta compra un kilo de Merluza a $12,50 en un camión que parece sacado del Trumanshow y frente a una cámara de televisión. Si por tu barrio no pasa el camión que le vende a Cristina vas a tener que pagar el precio que paga todo el mundo seguramente un poco más alto. En definitiva, como todos los planes del gobierno: pescado podrido.
Hace unos meses había leído en un diario que Disneyland en Paris tenía unos problemas de funcionamiento que afectaban su rentabilidad: un exceso de demanda frente a una capacidad limitada que transformaba las colas a las atracciones en eternas y desalentaba las visitas al parque. Que hubiera hecho el gobierno frente a este dilema? Reducir el tiempo de duración de los juegos para que las colas se hicieran más rápidas, anunciar la creación de 500 nuevas atracciones para impulsar la demanda (pero sin aumentar la oferta en forma real) y porque no mostrar como Cristina pasaba a toda velocidad por algunos juegos. En definitiva: negar la realidad.
Que hicieron los craneos de Disney? Poner un cartel a la entrada de cada juego donde se informa aproximadamente el tiempo de espera para que los usuarios puedan elegir otras atracciones menos demandadas, crear un sistema por el cual podés reservar tu lugar dentro de 3 horas sin hacer la cola e inventar un comodín, donde 1 hace la cola y el acompañante puede entrar después sin hacer cola (algo así como disfrutar 2 juegos distintos haciendo 1 sola cola). Seguramente no sea suficiente y en el largo plazo tengan que poner más juegos, pero con los mismos recursos logra mejores resultados que la estrategia oficial.
Es que este gobierno se parece a un carrousel: no trata de solucionar los problemas sino de que no se noten. El problema es que de tanto esconder la basura debajo de la alfombra hoy tenemos que rezar para que el camión de Truman pase por nuestra casa y nos venda pescado a $12,50. Pero si no te tocan el timbre hoy, no te hagás mucho drama; será que otro sacó la sortija...más suerte mañana!
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
miércoles, 17 de marzo de 2010
Cristina y el pescado podrido...
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