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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Los sabores de la vida


Hace un tiempo leí un libro de esos que no cambian la vida de nadie, pero que sirven para escribir cosas como las que siguen a continuación. Se llamaba algo así como los 7 secretos del marketing y básicamente lo que planteaba es que un mismo producto es distinto para distintas personas porque es la primera experiencia la que condiciona lo que un producto significa para cada uno.

Recuerdo 2 ejemplos al pie de la letra: el bebé en Francia que tomaba una gota de champagne cuando sus padres mojaban un chupete en la bebida y el niño yankee que tiraba el manual del Lego y armaba cualquier cosa, contrariamente a lo que hacían los europeos que armaban el Lego tal como fue ideado. Según el autor, un comunista francés por cierto de esos que toman champagne y critican a los yankees, esto tenía que ver con la cultura de guerra y destrucción del imperio, más proclive a destruir y reconstruir que a seguir las reglas.

En cualquier caso esta nota de color apunta en otra dirección. El otro día tomé una Pepsi, algo que hace rato no hacía. Y es increíble porque a mi la Pepsi me supo a golf con mis abuelos en Mar del Plata. En el fondo no es casual, porque cuando iba a jugar golf con mis abuelos en Mardel, siempre terminábamos en la confitería de los acantilados donde te servían Pepsi en vez de Coca.

Lo bueno entonces es que para mi tomar una Pepsi es mucho más placentero que simplemente beber una gaseosa. Es retrotaerme a un momento de felicidad en mi adolescencia, esos días de verano que no terminaban nunca y en los que sentarme en una confitería con mis abuelos a ver volar pelotas de golf era todo un programa.

Ah...los buenos viejos tiempos...donde se habrán marchado. Si solo bastara una gaseosa para volver a revivirlos. No hay nada que hacerle: soy un regresivo eterno...ahora al menos tengo una Pepsi.

viernes, 9 de enero de 2009

Hauptstrasse 98...

Cosas de la vida, unos días antes de venirme pude ver una presentación que estaba armando mi viejo con la historia de la familia, desde sus abuelos hasta nuestros días. Curiosamente, aparecía ahí la dirección que originalmente tenía mi familia en Berlín hace ya casi 100 años y hasta había una foto de mi abuelo jugando en la puerta de la misma.

Y por esas cosas de la vida también, cuando volví a Berlín, tuve un pequeño desperfecto con el auto que hizo que tuviera que ir a llevarlo al mecánico. Debido al intenso frío que azota esta zona del mundo, el otro día el auto no quería arrancar. Probé de todo hasta que al final vino el mecánico. Fue bastante interesante su labor: se sentó al volante y le dio paliza al auto hasta que arrancó. Y encima me miraba con cara de “nabo…ves que anda? El problema es que tiene un cartel que dice que el motor está mal…”. La verdad es bastante distinta: para hacer lo que hizo él, esto es romperlo hasta que arrancó, no necesitaba ningún mecánico. Si anda y te pone un cartel que dice “lo rompiste al darle arranque así…” es porque lo rompiste y no porque andaba.

Pero voy a dejar esa discusión filosófica de lado. Me encaminé entonces al service oficial con mi carro, solo para comprobar a mitad de camino que me encontraba en Hauptstrasse 98, en la puerta de la casa de mi abuelo. No pude más que pararme al lado del camino un minuto y recordarlo todo. Si bien Berlín fue destruida por la 2da guerra, el lugar se parece bastante a la foto que vi en la presentación. El cartel del número es el mismo…pero el lugar ya no es una casa de familia. Ahora hay un banco ahí. Estoy seguro que esa información dejará muy contenta a una parte de la familia y muy desconcertada a la otra mitad más bohemia. Yo me quedé con una sensación mixta, más cerca del bohemio que del empresario. Me pregunto que pasaría si un día paso por el lugar donde crecí de chico y veo que es un banco en vez de mi hogar.

En el fondo, supongo que la vida es un poco así…el día que te vas perdés todo el control sobre lo que tenías y tal vez lo que para vos era lo más preciado de la tierra, para el que sigue no tiene valor alguno. En el fondo, no dejan de ser espejitos de colores, no importa el color que tengan. Sería bueno recordarlo y tenerlo presente.

El otro día leí una nota que contaba que un día San Martín vió a su nieta jugando con una de las medallas que obtuvo en alguna de las tantas guerras que ganó. Ante el reproche de la madre de la niña, dijo: “que valor tienen las medallas sino sirven para entretener a una niña…”. A la distancia, creo que una vez más estaba acertado…que importa si es un banco o un casino? Para mi siempre va a ser la casa de mi bisabuelo, donde mi abuelo aprendió a caminar…

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Feliz Cumple...!

Mañana es su cumpleaños. La persona que cambió definitivamente mi vida. Fueron una cosa mis primeros 30 años y otra muy distinta los últimos 5. No me animo a decir si mejores o peores, porque no creo que haya mejor o peor, pero sin duda distintos. Más soleados… tal vez. Con más tormentas…también tal vez. Pero el sol de ahora es más sol y la lluvia más lluvia. Es esa misma voz que me endulza hasta empalagar o me amarga hasta no dejarme ver el sol del día.

Los que me conocen de antes si me ven hoy no me podrían reconocer más allá de mi parecido físico. No me parezco en nada al que fui. O tal vez si…los sueños siguen estando allí. Pero siento que lo que antes era solamente un sueño hoy tiene un puente que lo acerca. O al menos alguien que me acompaña y me empuja a cruzarlo. Es la misma persona que cuando lo cruzo me critica. Pero lo cruzo…!

Y lo comparo directamente con mi vida anterior, donde mis padres eran los que me acompañaban. Los puentes nunca se cruzaban. Y entiendo perfectamente él por qué ahora que tengo mis propios hijos: con un hijo siempre tenés el doble de cuidado que con vos. Todo es más peligroso. Y esa cuerda de la que en algún momento me quise zafar y hasta les recriminé que me la hubieran puesto, es la que hoy les pongo a mis hijos, por lo menos hasta que encuentren otro que los cuide y yo pueda sentir que ya está…llegará ese día? Todo llega…ellos lo sabían y ahora yo también lo se.

Todavía tengo en mi retina la imagen de mi viejo trayéndola al altar. Y mi vieja mirando de reojo…me lo vas a cuidar bien? Quedate tranquila…no solo lo cuida y lo acompaña sino que lo hizo crecer y creer. Y eso vale mucho. Mañana cuando me despierte y le diga “feliz cumple…” me voy a reflejar en sus pupilas, y estoy seguro que voy a ver al que era, al que soy y el que voy a hacer, y no me van a alcanzar las palabras para agradecerle por acompañarme, con sus nubes y sus rayos de sol, con sus idas y vueltas y con todo su equipaje. Y por un rato voy a ser feliz…un rato que ya lleva 5 años.

Feliz Cumple MELMMANN

Acerca del autor....

Acerca del autor....
MillenniumMan es el primer Cyberhero del mundo. Llega al planeta tierra en un repollo nocturno, disfrazado de chicharrón. Deja atrás su vieja presencia anodina para transformarse en un ser social agradable que solo es feliz destruyendo paradigmas. Se convierte en ícono social atendiendo a cuanto evento lo invitan. Sale de tapas reiteradamente y encara mujeres como si fueran cervezas. Su hobby favorito es jugar tenis y vivir según sus propias reglas. Funda este blog para generar conciencia y abrir las mentes de los lectores. Lo que antes era solo una posibilidad, hoy es una realidad y mañana un hecho consumado...su visión no tiene límites y no le teme a nada más que los murciélagos. Enemigo declarado de las autoridades del país, se radica en el exterior desde donde planea su retorno para construir un mundo mejor para todos.