Sigo todavía conmovido por la celebración de la caída del muro. Algo que me llamó mucho la atención durante la ceremonia del otro día fue la ausencia de Obama. En realidad el papel de USA fue bastante pobre en la celebración y no se entiende porqué siendo que la caída del muro es en parte la conmemoración de la victoria de la guerra fría.
Estuvo si Mrs. Clinton, que también tuvo un papel opaco. Se me ocurre que no entiende mucho de música porque durante los 30' que duró el concierto que brindó la filarmónica de Berlín, se la vió meneando la cabeza como si estuviera en un concierto de Rock.
Y para rematarla, mientras nos estábamos congelando en la tribuna y para restarle más presencia a Mrs. Clinton nos encajaron un video de Barak, donde decía alguna pavada. Insisto, tendría que haber estado no solo como presidente de USA sino como premio Nobel de la Paz. Después de todo este es un conflicto que tuvo en vilo a buena parte del mundo durante casi 40 años y que se resolvió sin que volara todo por el aire. Estaban los rusos que perdieron...como no vino Obama?
La segunda parte del post se la dedico a lo que más me interesa en estos días: Argentina y su azarosa política. Mientras que en Berlín en el año 89 caía el muro y comenzaba la integración de la ex Alemania Oriental al mundo occidental, en Argentina ganaba Menem que comenzó con una política exterior de integración al mundo realmente novedosa para un país que se la pasa echándole la culpa de sus problemas al enemigo externo.
No pretendo defender a los 90 ni nada por el estilo. La política exterior me pareció buena, en su momento también apoyé la convertibilidad y sin duda dejé de mirar muchas cosas que son las que realmente hoy hacen que estemos donde estamos, entre ellas, la reforma de la constitución, la corrupción como forma de gobierno etc. Compré algo que no era bah. Pero insisto: al menos mirábamos en la misma dirección que el resto del planeta.
Hoy camino por esta ciudad, que hace 20 años era poco más que un terreno valdío y veo emprendimientos, construcción, progreso. Por supuesto que hay un montón de desencantados que preferirían volver a vivir del estado, pero la reforma se los llevo puestos...
En Argentina en cambio no logramos romper el paradigma...es como si los primeros 10 años hubiésemos corrido en un sentido, pero desencantados por no ver los resultados, en los últimos 10 hubiésemos corrido en sentido opuesto. Y los resultados están a la vista: Alemania oriental todavía tiene un largo recorrido para ser como Alemania Occidental, pero Argentina ni siquiera empezó.
Y sabés porqué? Porque estamos gobernados por el mismo paradigma que gobernaba en los gobiernos comunistas. Por suerte todavía podemos viajar cuando queremos, pero no creo que falte mucho para que nos prohiban también eso. De alguna forma u otra, seguir devaluando la moneda es una forma evitar que la gente pueda salir y comparar su realidad con la de otros países que van en otra dirección.
Pocas dudas tengo ya: Néstor, Cristina y tantos otros sueñan con seguir construyendo un muro que les permita manejar a la población a su antojo. Espero que al menos tengamos las agallas para decir "somos un pueblo", derribar de una vez por todas ese paradigma y soñar con un país distinto para los próximos 30 años.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
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jueves, 12 de noviembre de 2009
lunes, 2 de febrero de 2009
Nota Editorial - Así en el tenis como en el mundo...

Estuve toda la mañana del día de ayer viendo uno de esos partidos que seguramente va a quedar en la lista de grandes partidos de tenis de la historia. Nadal y Federer lo dieron absolutamente todo y aunque yo iba por Roger, poco importa el resultado cuando vez tantas cosas increíbles. Fue mucho más que un simple partido de tenis. Bien podrían haber sido 2 gladiadores del circo romano, enfrentándose por estar vivos a la mañana siguiente. El umpire no era más que el simple emperador, administrando la justicia y las raquetas espadas y escudos para protegerse de ese proyectil que volaba a velocidades superiores a los 200Km/h. Batallas de estilos, de mente y de físico. Un espectáculo realmente increíble, con un resultado que cambiaba constantemente para uno y otro lado.
A que distancia están hoy Nalbandian y Del Potro de estos 2 superhéroes del tenis? Mucho más lejos que lo que marca el ranking. Del Potro por experiencia. Quedó en claro en su partido con Roger, donde solo pudo hacer 3 games. David por físico: nunca hubiera podido llegar a jugar más de 2 horas con ese estado en el que puede vencer a todos los que le jueguen al medio de la cancha, pero pierde con los que le juegan a los costados.. Pero en el imaginario popular Argentino, donde si sos Argentino sos superior, Roger y Rafa están tan al alcance de la mano que nos enojamos cuando los nuestros pierden sin atenuantes no ya ante el 1 o el 2 sino frente al 61.
Quien maneja el ranking mundial? El INDEC? Que partidos ven estos señores para decir que entre Nadal y Del Potro hay solo 7 puestos? Hoy entre el primero y el segundo hay una pequeña diferencia, pero entre el 2do y el resto, una diferencia abismal. Y no importa si sos Argentino, Serbio o Yankee. Y mucho menos si ganaste un torneo la semana pasada donde no jugaron ni el 1 ni el 2 ni el 3…
Pero está bien…si creemos que Argentina creció a tasas chinas, que somos un país con sensación de inseguridad y tantas otras cosas, tal vez podamos pensar que en cualquier momento Roger y Rafa se las van a tener que ver con Juan Martín y David. Y que los nuestros pierden porque los partidos se juegan en cancha neutral, porque si vienen a Buenos Aires sería otra historia. Basta mirar como nos fue en la Copa Davis para darnos cuenta de nuestro enanismo total. Eso es lo que nos pasa: tenemos complejo de enano y necesitamos creernos grandes. Tal vez si empezamos a aceptar que no somos nadie (o al menos mucho menos que lo que nos creemos), la cosa empiece a cambiar.
Cada vez que le cuento a alguno que estoy en Alemania me miran con cara de tristeza y me dicen “y la crisis no pega ahí?”. Por supuesto que pega…pero a diferencia con Argentina, el plan oficial funciona y hay dinero disponible para que compres no con tasas de 18% anual sino a tasa 0 y 36 meses. Y cuando lo explicás se asombran y entonces te dicen “claro…pero son un país rico, nosotros no podemos”. La pregunta que les hago en ese caso, es adonde le estás apuntando: querés ser el número 1 o te conformás con ser el número 62 (porque perdiste con el 61 por paliza) diciendo que sos el 10 porque manejás los números?
No es una discusión menor. Hoy entre Rafa, Roger y los Argentinos, hay la misma diferencia que hay entre Suiza, España y nuestro país…a entrenar muchachos…o a llorar a la iglesia.
A que distancia están hoy Nalbandian y Del Potro de estos 2 superhéroes del tenis? Mucho más lejos que lo que marca el ranking. Del Potro por experiencia. Quedó en claro en su partido con Roger, donde solo pudo hacer 3 games. David por físico: nunca hubiera podido llegar a jugar más de 2 horas con ese estado en el que puede vencer a todos los que le jueguen al medio de la cancha, pero pierde con los que le juegan a los costados.. Pero en el imaginario popular Argentino, donde si sos Argentino sos superior, Roger y Rafa están tan al alcance de la mano que nos enojamos cuando los nuestros pierden sin atenuantes no ya ante el 1 o el 2 sino frente al 61.
Quien maneja el ranking mundial? El INDEC? Que partidos ven estos señores para decir que entre Nadal y Del Potro hay solo 7 puestos? Hoy entre el primero y el segundo hay una pequeña diferencia, pero entre el 2do y el resto, una diferencia abismal. Y no importa si sos Argentino, Serbio o Yankee. Y mucho menos si ganaste un torneo la semana pasada donde no jugaron ni el 1 ni el 2 ni el 3…
Pero está bien…si creemos que Argentina creció a tasas chinas, que somos un país con sensación de inseguridad y tantas otras cosas, tal vez podamos pensar que en cualquier momento Roger y Rafa se las van a tener que ver con Juan Martín y David. Y que los nuestros pierden porque los partidos se juegan en cancha neutral, porque si vienen a Buenos Aires sería otra historia. Basta mirar como nos fue en la Copa Davis para darnos cuenta de nuestro enanismo total. Eso es lo que nos pasa: tenemos complejo de enano y necesitamos creernos grandes. Tal vez si empezamos a aceptar que no somos nadie (o al menos mucho menos que lo que nos creemos), la cosa empiece a cambiar.
Cada vez que le cuento a alguno que estoy en Alemania me miran con cara de tristeza y me dicen “y la crisis no pega ahí?”. Por supuesto que pega…pero a diferencia con Argentina, el plan oficial funciona y hay dinero disponible para que compres no con tasas de 18% anual sino a tasa 0 y 36 meses. Y cuando lo explicás se asombran y entonces te dicen “claro…pero son un país rico, nosotros no podemos”. La pregunta que les hago en ese caso, es adonde le estás apuntando: querés ser el número 1 o te conformás con ser el número 62 (porque perdiste con el 61 por paliza) diciendo que sos el 10 porque manejás los números?
No es una discusión menor. Hoy entre Rafa, Roger y los Argentinos, hay la misma diferencia que hay entre Suiza, España y nuestro país…a entrenar muchachos…o a llorar a la iglesia.
lunes, 26 de enero de 2009
Editorial - Nalbandian - Rey o Mendigo?

Hay una eterna discusión que me persigue desde que soy argentino: la maldita bipolaridad. Es como la idiosincrasia nacional, sos el mejor o no existís. Nos llenamos la boca hasta el punto de alimentar nuestro ego y cuando nos damos cuenta que no somos los mejores, cuando nos chocamos con la pared y nos devuelven a nuestra realidad de enanos, nos deprimimos de tal manera que hubiera sido mejor no haber empezado ninguna discusión.
Y se repite sistemáticamente a lo largo del tiempo en todos los ámbitos en los que nos enfoquemos. Un conjunto de individualidades con ínfulas de superioridad, basadas en el solo hecho de haber nacido argentino. Y no me tomes por extraño: soy tan argentino como cualquiera y participo abiertamente del deporte nacional de hablar primero y sudar después. Tal vez sea más fácil no hablar.
El otro día leía las declaraciones de Nalbandian, eliminado en la segunda ronda del abierto de Australia por un desconocido Taiwanes que figura 61 en el ranking. Decía el rey “David” más famoso de todos los tiempos que el 61 del mundo es un gran jugador y que no hay nada de malo si se pierde un partido. En cierta forma tiene razón: siempre se puede perder un partido y no hay nada de malo en eso.
En realidad, es un tema de expectativas. Cuando vemos a David, vemos al argentino canchero que gana parado porque no necesita entrenar. El es argentino y no necesita entrenar o bajar la panza para ganarle a nadie. Es el “Rey David” y con una raqueta puede derribar a cualquiera que se le ponga enfrente. Los problemas aparecen después cuando se para enfrente uno que está un poco más entrenado y le recuerda (y nos recuerda) que no es ningún Rey, que no ganó ningún Grand Slam y que está gordo y fuera de forma por todos los ravioles que se come.
Hay algún pecado en que le guste más comer y festejar en el carnaval de Gualeguaychu que entrenar para ser el mejor de todos los tiempos? Nada en absoluto si fuéramos ciudadanos de cualquier país del mundo civilizado y mirásemos las cosas en perspectiva sin los comentarios de estos periodistas nacionales que lo alaban por demás y rompen su estatua de barro después. Y nada de malo en absoluto si David fuera un poco menos Argentino y empezara a entrenar en serio para dejar de perder partidos que en los papeles no los puede perder. Insisto, ese muchacho no juega para él, porque cada vez que pierde nuestro ego queda más roto que las raquetas que destruye cuando se da cuenta que comió de más la noche anterior y que no puede correr.
Nalbandian es un gran jugador, talentoso como pocos pero con un gran problema: nació Argentino como vos y como yo…y como estoy empezando a comprender, somos buenos segundones…al menos hasta que Del Potro gané el abierto de Australia y volvamos a acordarnos que somos los más grande que hay…
Y se repite sistemáticamente a lo largo del tiempo en todos los ámbitos en los que nos enfoquemos. Un conjunto de individualidades con ínfulas de superioridad, basadas en el solo hecho de haber nacido argentino. Y no me tomes por extraño: soy tan argentino como cualquiera y participo abiertamente del deporte nacional de hablar primero y sudar después. Tal vez sea más fácil no hablar.
El otro día leía las declaraciones de Nalbandian, eliminado en la segunda ronda del abierto de Australia por un desconocido Taiwanes que figura 61 en el ranking. Decía el rey “David” más famoso de todos los tiempos que el 61 del mundo es un gran jugador y que no hay nada de malo si se pierde un partido. En cierta forma tiene razón: siempre se puede perder un partido y no hay nada de malo en eso.
En realidad, es un tema de expectativas. Cuando vemos a David, vemos al argentino canchero que gana parado porque no necesita entrenar. El es argentino y no necesita entrenar o bajar la panza para ganarle a nadie. Es el “Rey David” y con una raqueta puede derribar a cualquiera que se le ponga enfrente. Los problemas aparecen después cuando se para enfrente uno que está un poco más entrenado y le recuerda (y nos recuerda) que no es ningún Rey, que no ganó ningún Grand Slam y que está gordo y fuera de forma por todos los ravioles que se come.
Hay algún pecado en que le guste más comer y festejar en el carnaval de Gualeguaychu que entrenar para ser el mejor de todos los tiempos? Nada en absoluto si fuéramos ciudadanos de cualquier país del mundo civilizado y mirásemos las cosas en perspectiva sin los comentarios de estos periodistas nacionales que lo alaban por demás y rompen su estatua de barro después. Y nada de malo en absoluto si David fuera un poco menos Argentino y empezara a entrenar en serio para dejar de perder partidos que en los papeles no los puede perder. Insisto, ese muchacho no juega para él, porque cada vez que pierde nuestro ego queda más roto que las raquetas que destruye cuando se da cuenta que comió de más la noche anterior y que no puede correr.
Nalbandian es un gran jugador, talentoso como pocos pero con un gran problema: nació Argentino como vos y como yo…y como estoy empezando a comprender, somos buenos segundones…al menos hasta que Del Potro gané el abierto de Australia y volvamos a acordarnos que somos los más grande que hay…
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Acerca del autor....

MillenniumMan es el primer Cyberhero del mundo. Llega al planeta tierra en un repollo nocturno, disfrazado de chicharrón. Deja atrás su vieja presencia anodina para transformarse en un ser social agradable que solo es feliz destruyendo paradigmas. Se convierte en ícono social atendiendo a cuanto evento lo invitan. Sale de tapas reiteradamente y encara mujeres como si fueran cervezas. Su hobby favorito es jugar tenis y vivir según sus propias reglas. Funda este blog para generar conciencia y abrir las mentes de los lectores. Lo que antes era solo una posibilidad, hoy es una realidad y mañana un hecho consumado...su visión no tiene límites y no le teme a nada más que los murciélagos. Enemigo declarado de las autoridades del país, se radica en el exterior desde donde planea su retorno para construir un mundo mejor para todos.