Y pasó lo que tenía que pasar. Nos preocupamos tanto por ver quien salía en la foto con la copa y quien se llevaba que del premio, que terminamos perdiendo la final de la copa en nuestra casa. No conformes con haberse llevado el oro y el moro, ahora los españoles nos robaron la copa. Ese sería una linda nota editorial del diario favorito de Néstor y podríamos remontar la historia hasta el virreinato del río de la plata, demostrando que la copa es lo menos que se llevaron de estos lares y que por eso es injusto que además dejemos que nos sigan saqueando las aerolíneas, los teléfonos y hasta el petróleo.
La realidad objetiva suele ser muy distinta: fue un partido de tenis como cualquier otro, con jugadores de un nivel similar de uno y otro lado, donde uno de los 2 equipos, curiosamente el que nunca se preocupó por ver quien se sacaba la foto primero, se retiró victorioso. Y la derrota no hace más que desnudar nuestra realidad de “pobre con ínfulas”. En el fondo, la derrota es menos dolorosa si aprendemos tantas cosas que deberíamos haber aprendido y que nos negamos a asimilar.
Si la derrota nos acerca en algo al país que debemos ser y que nos negamos a construir, bienvenida sea. Si encima nos deja peleándonos para determinar por culpa de quién no salimos en la foto, seguramente nunca vayamos a ganar la Davis y nunca podamos ser un país en serio. Y a escasos meses del tan mentado bicentenario, mucho me temo sigamos eligiendo el camino equivocado…el mismo que 200 años después sigue siendo vulnerado por su otrora ocupador, que con espejitos de colores se lleva hasta nuestras mejores fotos…
Por eso digo y promuevo que el compañero Néstor siga con su ola de nacionalizaciones, que revise los últimos 400 años de historia nacional, encuentre a los culpables y los enjuicie. Y si tiene que correr pruebas de carbono 14 para determinar donde están enterrados que lo haga. Nada ni nadie se debe interponer entre nosotros y los éxitos deportivos. Si estamos nacionalizando todo...por qué no hacemos lo mismo con la copa Davis? Y por qué de paso no le cambiamos el nombre…? Davis suena muy imperialista y además como diría Cristina, no tiene punch…organicemos una nueva copa, donde jueguen solo Bolivia, Venezuela y Cuba en honor al descubrimiento que los indios hicieron de Europa y que siga la música viejo. Digo, en el fondo, si está claro que no vamos a cambiar, al menos pongamos las reglas, elijamos la cancha, el rival y el juez, tal como hacemos en la vida misma. Y peinate para la foto viejo…! Whiskyyyyyyyyyyyyyy.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
lunes, 24 de noviembre de 2008
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