Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
viernes, 17 de abril de 2009
El iphone o la manzana de Adan...
Enfermo como soy por la tecnología estuve evaluando comprar un iphone. La verdad, lo quería, pero no tenía ganas de sacar un plan de 2 años y tampoco quería pagar los €600 que me pedían para comprarlo sin línea. Increíblemente, argentino como soy, había encontrado una manganeta: lo saqué como préstamo de los handys que tenemos en la empresa para probar y me hice el “distraído” un par de semanas. Lo probé y no lo quería devolver por nada del mundo.
Cuando ya no tenía más espacio para no devolverlo, haciendo lo imposible para no cruzarme con el administrador de recursos que sabía que me lo iba a reclamar, cambió la ley y teníamos derecho a tener un handy permanente. Si bien el iphone por obvias razones no aplicaba dentro de los handys que podíamos tener, una nueva maniobra de lobby hizo lo que parecía imposible y conseguí que me tomaran como dentro de la ley. Fue el principio del fin…
Los primeros días lo escondía, de forma de no generar sospecha entre mis compañeros que recibieron Nokia medio pelo…el famoso no levantar la perdiz que dicen en el campo. Pero de a poco fue apareciendo cada vez más frecuentemente en las reuniones hasta que el argentino que todos llevamos dentro hizo lo que nunca tenía que hacer: ufanarse, pavonearse y mostrar el iphone tanto que al final se corrió la bola que un “Argentino vivo” tenía un iphone de arriba. Se terminó el curro…me llamó de vuelta el pibe de recursos y me dijo el famoso “no va más….cero….la banca gana todo”
Lo más grave sin embargo es lo que pasó después: me dieron un teléfono nuevo muy superior al de mis pares…pero no es un iphone…y si probaste un iphone alguna vez, si lo paseaste por tu casa, lo usaste para comprobar precios de supermercados, para saber cuanto cotiza el dólar a cada minuto o donde queda la pizzería más cercana, te den lo que te den, vas a ser el tipo más infeliz de la tierra. Eso es lo que soy en este momento: un simple Adán que mordió la manzana y que ahora no puede creer que su teléfono solo sirva para hablar por teléfono…al menos es gratis.
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