Estamos cerrando una semana muy Argentina en todos los sentidos. Parece que los planetas se hubieran alineados para que todo suceda en poco más de 5 días: le ganamos a Venezuela de local y estábamos de vuelta encaminados a revalidar el título conseguido en el 86. Es más: no éramos candidatos sino campeones sin que todavía el mundial haya empezado. Bolivia nos clavo un 6-1 inédito y nos recordó que los jugadores son los mismos que perdieron con Chile cuando renunció Basile y que Maradona fue el mejor jugador hace 20 años.
Paradójicamente, se muere Alfonsín en la misma jornada en que Argentina pierde y automáticamente ves muestras de cariño y admiración jamás expresadas en ya 25 años de democracia. De golpe pasa a ser el mejor político de la historia, el héroe nacional que restauró la democracia a pesar de la gente, derrotando a los peronistas, a los militares y a tantos otros con la palabra justa y precisa. En el olvido quedan el “a vos no te va nada mal gordito”, la hiperinflación y tantas otras cosas y veo que la gente dice “era honesto” o “dialogaba con todos”. Esas no deberían ser cualidades sino requisitos de cualquier gobernante. Que los K no los tengan no implica que tengamos que añorarlos. Tenemos que exigirlos y votar en consecuencia.
El miércoles puse que hay que separar la gestión de la persona….sigo creyendo eso…pero por favor, lo otro también es válido: una gran persona puede no hacer una buena gestión. Y en el caso de Alfonsín más allá del cariño o aprecio que le podamos tener queda claro que la suya fue una gestión cuando menos gris, por los factores que sean. Lo mismo pasa con Maradona: nadie discute que fue el mejor jugador de fútbol que tuvimos y muy probablemente el mejor que haya existido desde el comienzo del deporte, pero eso no lo habilita a ser técnico y mucho menos a que nos creamos que por el solo hecho de que esté sentado en el banco ya ganamos todos los partidos…no es D10s…es Maradona con todo lo bueno y lo malo que tiene.
Pero somos un montón de gente que confunde constantemente todo y mucho me temo en ese caso, nunca seamos nada más que un país que vive añorando los viejos tiempos y reescribiendo constantemente su propia historia de acuerdo a la necesidad del momento. Dependerá un poco seguramente de nuestro compromiso con la verdad objetiva y la aceptación que hagamos en el futuro de las decisiones que hicimos en el pasado. Seguir pensando que todo pasa por arte de magia y recordando solo en forma parcial no nos lleva a ningún lado.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
viernes, 3 de abril de 2009
Opinión Editorial - 2 panqueques voladores por favor...
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