De las almas

Sigo filosofando sobre el tema de las almas y los cuerpos. Cuando se murió mi viejo, mi Sra. y el peluquero al que concurrí a cortarme el pelo en pesos, me hablaron de la separación del alma y el cuerpo y de como el cuerpo encierra al alma y no la deja ser libre.

Increiblemente también, encontré en la biblioteca de papá un libro de Platón, donde se discute exactamente este tema. Sócrates a punto de morir, ya condenado por las leyes de Atenas, le éxplica a sus discípulos que no le tiene miedo a la muerte, porque la muerte para el no es definitiva.

Y los convence a sus discípulos de que el alma y el cuerpo son cosas separadas y que el alma de una persona que se dedicó durante su vida justamente a no dejarse llevar por los placeres del cuerpo sino a tratar de cuidar el alma, va a parar al Hades, donde habitan los Dioses, o por lo menos no se aferra a un cuerpo cualquiera como el de un perro, cosa que si le pasaría si por el contrario no se dedicó más que a mantener su cuerpo y satisfacer las necesidades corporales.

Y venía todo muy bien, hasta que al final del libro se pone a hablar de que la tierra tal vez este sostenida arriba de unas tortugas gigantes...y voy a obviar esta parte porque al menos se permitió desconfiar de que fuera plana.

Lo que realmente me intrigaba en estos días, como católico que cree en la resurreción corporal también, es como voy a reconocer a mi padre en la otra vida. Ya muchas veces dije que esa voz y esa palabra no las encontraría en otros lados, pero el tema del cuerpo me volvió a complicar. Porque yo tengo una imagen de él que no es la misma que tiene alguién que lo conoció cuando tenía 20 y no lo vió más.

Y llegué a la siguiente conclusión: cada uno lo va a ver como lo recuerda. Yo canoso y con anteojos, pero su madre como un niño...porque cuando sos padre, no importa que edad tienen tus hijos, para vos siempre tienen 3 años y los recordás así...