Domingo Faustino Sarmiento, uno de los grandes ex presidentes de nuestro país, soñaba con un país distinto. No me voy a detener a analizar si su planteo era acertado o no y como todos los personajes de la historia, tiene sus defensores y sus detractores.
Pero yo me enfoco en otra cosa: su visión de un país distinto, ilustrado, con grandes pensadores. Por eso hizo traer maestras de Boston (y tiene una estatua en esa ciudad) y por eso fomento la inmigración anglo sajona a nuestro país. Solo para ver una Argentina que pudiera ser un país diferente...civilizado...el país de las luces.
Y resulta que para la feria literaria que se va a realizar en Frankfurt en el año 2010, el año del tan mentado bicentenario de la revolución nacional y donde Argentina tiene un stand por invitación, en vez de mostrar a grandes escritores y/o ejemplos del pensamiento nacional, la presidenta decidió utilizar a los íconos del país: el Che Guevara, un asesino de una incultura brutal, Gardel, sin duda el mejor exponente del tango nacional pero lamentablemente no Argentino, Maradona, el mejor futbolista con muchos problemas personales que le impiden realmente representar al país, y a Evita, lamentablemente Argentina o Argentina lamentable.
Sarmiento está llorando en su tumba y mi viejo que siempre soño con construir un puente cultural entre Argentina y Alemania no creo que esté de mejor humor. Y con justa razón.
Y yo acá en Berlín les pido un solo favor: que lo manden a de D'elia a coordinar el stand. Después de todo está demostrado que es un intelectual....de la época del hombre de neandertal.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
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