Lo que crecio el mundo en las útlimas 3 décadas es asombroso. Tal vez soy un nostálgico, pero es increible como cambian las cosas a mi alrededor todo el tiempo.
Si bien estoy viviendo en Berlín, y basta salir a la calle para darme cuenta que no pertenezco 100% a este lugar independientemente de mi origen cuasi germánico, la comunicación con las personas que conozco en algunos casos se ha visto fortalecida.
Hoy hablo todos los días con mi madre por SKYPE y encuentro todos los días a viejos compañeros de facultad o colegio en Facebook. Y es increible esto, porque me trae a la cabeza recuerdos de hace 20 años...cosas que sin duda ya daba por olvidadas.
A decir verdad, no considero que pertenezca a un lugar determinado. Soy demasiado rubio para D'elia y bastante ruidoso y desordenado para los alemanes. Pero lo bueno es que paso por alemán si no me hablás en la calle o como argentino si me cruzás en Baires. Supongo que algún beneficio puede tener.
Y mis amigos en Facebook: iUno está en Villa La Angostura y puso una constructora y el otro en Barcelona, buscando la felicidad. Y yo sigo en Berlín...y me gusta cada día más.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
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