Una cosa es ser gobierno, otra ciudadano y otra oposición. Bueno es recordarlo antes de hacer cualquier tipo de crítica...
La semana pasada, por un tema de agenda, me encargué durante 96 hs. de llevar adelane la casa, encargándome absolutamente de todo. Y debo admitirlo, mi promesa de gestión tuvo algunos claros baches que quedarán en el recuerdo de la población.
Es el famoso: "no supe, no pude o no quise", que se contrapuso con mi pomposo: "con la nueva administración, se come, se limpia y se ordena". Al segundo día estabamos todos comiendo sandwiches, la basura se barría debajo de la alfombra y el baño solo se desorizaba.
Es que definitivamente (y afortunadamente) el día es más corto que lo necesario. Después de todo, para que voy a barrer si a las 14 vuelven los pibes del arenero y me convierten la casa en una playa? Lo cual contrasta claramente con mi reclamo de limpieza efectuado cuando era un simple habitante que "usaba" la casa.
Bueno es saberlo, mi gestión también tuvo algunos puntos salientes: los parlantes del home se colgaron en el techo para generar sonido envolvente. Se concectó el subwoofer espanta vecinos y se procedió a reemplazar los cables de todos los parlantes. Y se ordenó la salita de la cocina, de forma que la caja de herramientas y el taladro quedaran a mano para cualquier eventualidad. Demasiado poco en comparación con mi plataforma electoral que prometía transformar la vivienda en un palació Francés del siglo XVIII. Tal vez si juntaba un poco más de basura...
Afortunadamente también, a partir del viernes volví a ser un ciudadano opositor. Y desde este rol, solo me dedico a marcar errores mientras como rico. No está tan mal...
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
domingo, 4 de octubre de 2009
Crónicas de un desempleado - 96 hs. en el poder
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