Nadie nace sabiendo dice un dicho popular y siento que es verdad. Por más que te puedan guiar, educar y enseñar, uno solo aprende de sus propios errores. Lo veo en los bebes: no alcanza con decirle no lo hagas...el tipo tiene que ir y experimentar el dolor para darse cuenta de su error.
Es muy importante aprender a equivocarse y aceptarlo. Estamos todo el día tomando decisiones y no todas van a ser acertadas. De hecho en cualquier contexto, una decisión puede ser buena hoy y mala mañana y hay que saber aceptarlo.
Los problemas por lo general suceden cuando la cultura del éxito se come a la posibilidad de error y no hay margen de equivocación y entonces no hay continuidad. O cuando crees que sabés y te volvés dogmático, descartando todas las sugerencias de los demás.
Personalmente lo que más le critico a este gobierno no es su pésima gestión plagada de errores sino la soberbia que le impide reconocer esa misma carencia y aprender del error. Por supuesto que espero que alguien que gobierna acierte más que lo que se equivoca, pero al menos cuando se equivoca, debería poder aceptarlo y seguir. Sin embargo es una realidad: cuando nos rodeamos de obsecuentes que nunca nos van a decir donde nos estamos equivocando, el error se reproduce.
Muchas veces miró para atrás y me recrimino esta o aquella decisión. Por suerte lo que termino sacando son conclusiones de lo que aprendí. Al menos y esto si lo puedo asegurar, aquellas personas que me perjudicaron, sabiéndolo o no, son las mismas que más me han hecho evolucionar, porque me forzaron a tomar decisiones que me transformaron en lo que soy hoy; una persona que aprendió a equivocarse y a volver a intentarlo una y mil veces.
Tampoco es casualidad; tuve la dicha de asistir durante parte de mi formación a un colegio de curas Agustinos, donde no aprendí mucho, pero me acerqué a San Agustín y de él aprendí que lo importante no es no equivocarse. En su objetivo de buscar a Dios, millones de cosas le salieron al encuentro y lo confundieron…pero al final Dios se le reveló y lo transformó en el santo que fue. Nunca hubiera llegado a conocer a Dios si antes no se hubiera equivocado y encontrado con todo lo que no era Dios. Porque la única forma de llegar a lo bueno es saber reconocer a lo malo. Si me toca morirme mañana, al menos eso le quiero dejar a los míos: síganlo intentando…al final del camino está Dios.
Este muy buen video de Honda muestra lo importante que es aprender a equivocarse para generar valor. Gracias a Vanessa K. x compartir...
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
viernes, 22 de mayo de 2009
Aprender a equivocarse...porqué no?
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