martes, 9 de junio de 2009

Opinión Editorial - Goodbye Lenin (Parte 2)

Otra gran mentira nacional es la famosa: „vivir con lo nuestro“. En economía estudié un modelo similar, llamado “la isla de Robinson Crusoe”, donde se asumía que un determinado país se convertía en una isla sin ningún tipo de intervención comercial con el exterior. La conclusión, vaya paradoja era simplemente que un modelo así era subdesarrollado y que si en algún momento dicha isla comenzaba a comerciar con el exterior, se más que beneficiaba.

No es de extrañar: sin en vez de tener que producir todo, producía solamente aquello que hacía bien e importaba aquello que hacía no tan bien, el resultado final era mejor, sencillamente porque para producir aquello que no se hace tan bien, se necesitan usar muchos recursos y se perjudica la producción del otro bien. Un ejemplo para no economistas: la isla es muy rica en la producción de cereales pero no muy rica en metales. Si uso el 100% de la tierra para producir cereales e importo metales estoy mejor que si libero una gran porción de tierra para poder abastecerme de metales y produzco menos cereales.

Increíblemente una serie de gobiernos de distinto signo a lo largo de nuestra historia han tratado infructuosamente de desarrollar al país por el lado que no le corresponde, perjudicando la producción de aquellos que hacemos bien y promoviendo el desarrollo de cosas en las que nunca vamos a poder participar. Así tenés ahora a un grupo de lobbys pidiendo que se cierre la importación de televisores y equipos electrónicos para “preservar fuentes de trabajo nacional”. Este es el mejor ejemplo de lo anterior y el resultado negativo lo pagamos los ciudadanos porque con importación cerrada terminás generando monopolios u oligopolios que te cobran más caro y te venden cosas de segunda calidad. Sin mencionar además el efecto secundario: tras que tenemos un deficit energético, usamos la energía para producir cosas tan antojadizas como el “celular nacional”, promovido por Guillermo Moreno que seguramente estudió en una isla donde ni siquiera llegaban los libros.

Es que lo más preocupante de nuestra realidad no es la equivocación, sino la poca capacidad de aprendizaje que demostramos tener. El problema no es equivocarse sino no aprender del error y repetirlo sistemáticamente a lo largo del tiempo. Ahora hemos llegado hasta a inventar una nueva manera de medir la inflación para que de lo que tiene que dar y no lo que realmente es. Hoy nuestra realidad es más ficción que la mejor ficción.

Como se sale de todo esto? Supongo que una buena medida sería reemplazar a los que “no saben” por gente con un poco más ilustrada. No estoy pidiendo que nos dirijan premios Nóbel…alcanza con que creemos mecanismos que hagan que los que saben lleguen más lejos y no tengan que reportar a los corruptos acomodados del poder de turno que con tal de quedar mal parados frenan el desarrollo. Yo creo en un modelo de país que tal vez no es el que quiere la mayoría de los argentinos. Lo importante sería que al menos, el modelo de país lo debatieran aquellos que realmente tienen los méritos para hacerlo. Lo que tenemos hoy es un grupo de forajidos que niegan la realidad más obvia y toman decisiones sin medir las consecuencias.

Y vuelvo entonces al fútbol: desde que tengo uso de razón, Argentina tiene el mejor plantel puesto por puesto. La mayoría de los jugadores de la selección están o son pretendidos por los mejores equipos del mundo. Pero cuando salimos a la cancha eso no se ve y los resultados son por cierto bastante pobres, o peores a los que esperamos. Es un claro ejemplo donde el conjunto es menos que la suma de las partes, cuando en realidad debería ser al revés. Que nos pasa? De todo…pero principalmente, lo mismo que le pasa al país. Tenemos los mismos dirigentes de hace 30 años, son de acero inoxidable y hace rato que les pasó el cuarto de hora. Y encima se empecinan en tomar decisiones incorrectas. Algún día el muro se nos va a caer, vamos a quitar la estatua de la plaza y vamos a empezar a ser el país que todos soñamos ser. Sigo viendo en mi retina la película y no puedo más que decir “Goodbye Lenin”

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MillenniumMan es el primer Cyberhero del mundo. Llega al planeta tierra en un repollo nocturno, disfrazado de chicharrón. Deja atrás su vieja presencia anodina para transformarse en un ser social agradable que solo es feliz destruyendo paradigmas. Se convierte en ícono social atendiendo a cuanto evento lo invitan. Sale de tapas reiteradamente y encara mujeres como si fueran cervezas. Su hobby favorito es jugar tenis y vivir según sus propias reglas. Funda este blog para generar conciencia y abrir las mentes de los lectores. Lo que antes era solo una posibilidad, hoy es una realidad y mañana un hecho consumado...su visión no tiene límites y no le teme a nada más que los murciélagos. Enemigo declarado de las autoridades del país, se radica en el exterior desde donde planea su retorno para construir un mundo mejor para todos.