Ayer les prometía un análisis digerible de lo que está pasando en los mercados internacionales. Hablando mal y pronto, el mundo está tan hiperconectado hoy en día, que si un operador bursatil se tira un "pedo" en Singapur, el olor llega a la Antartida.
La caida de Lehman Brothers, con activos 7 veces mayores al default que declaró Argentina en el año 2001, va a tener un impacto profundo en nuestra vida diaria. Seguramente el precio de las cosas que consumimos habitualmente van a cambiar, el empleo de muchas personas cercanas se verá afectado y todo lo demás.
Obviamente en Argentina, donde todas estas cosas pasan de hecho, el impacto sea distinto. Cuando ya estás viviendo en un universo convulsionado, una nueva convulsión no va a hacer la diferencia. Va a ser gracioso de todas formas verlo a Moreno tratando de ajustar de nuevo las variables cuando el problema se genera claramente no ya en una decisión interna de devaluación sino en un hecho totalmente ajeno a nuestro control. Pero esa es otra historia
Lo que claramente son desacertadas son las infortunadas palabras de nuestra presidente Kristina, diciendo que asistimos a poco más que un eclipse solar que afecta al primer mundo mientras que nosotros que ya vivimos con lo nuestro (pobres pero honrados), estamos en la buena senda. Puedo desprender 3 pensamientos de esta afirmación:
- Es una conformista mediocre que piensa "ahora todos estamos mal..."
- Desconoce la realidad del mundo y supone que podemos vivir ajenos a cualquier cambio mundial, lo que es muy preocupante tratandose de una estadista
- Piensa que Argentina es una perla que participa activamente del concierto de las naciones y que el otro mundo es poco más que espuma.
En todos los casos, es preocuopante. Alcanza con tomar un avión y salir de nuestras fronteras para darse cuenta que en el exterior hay un mundo que tiene otra dinámica, que si está interconectado, donde no tenemos ningún rol ni relevante ni irrelevante porque no existimos y en el que el standar de vida del promedio de la pobalción es muy superior al que tiene el promedio de la población Argentina.
Me animo a pensar que todos los ciudadanos del mundo deberían poder elegir quien tiene que ser el presidente de los Estados Unidos, dado que estamos en una crisis sin precedente y de como se reponga ese país depende el futuro de todos nosotros.
Lamentablemente nuestra presidenta cree que estamos en una isla. Habría que dejarla sola con Viernes Moreno y su marido Robinson K y que se arreglen.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
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