Desde chiquito me inculcaron que el rugby, el boxeo y todos los tipos de deporte de contacto eran de por si cosas de gente medio desquiciada. El fútbol era el deporte de los burros y el rugby el del resto de los animales. Un caballero que se precie de tal solo se dedicaría al tenis, golf y ajedrez…deportes de la nobleza, excluido por supuesto el polo, porque era elegante pero peligroso.
Así las cosas, lo más cerca que estuve de una pelota de rugby en mi vida fue en la cancha de CUBA, siguiendo al glorioso negro y azul en algún partido contra los newman boys. Por supuesto que también seguí las instancias de la copa del mundo en el 2007. Pero lo que nunca había hecho en mi vida era vivir un partido de rugby enserio. Tuve esa oportunidad el pasado Sábado cuando me uní dentro de un pub irlandés a la colonia Céltica en su match frente a los ingleses.
Y pude comprobar lo peligroso que es este deporte: botella en mano me aprestaba a tomar otro sorbo de cerveza cuando uno casi se puso a festejar una jugada de try a me golpeo con la botella en mi labio, que automáticamente empezó a sangrar. Debo ser el único extraterrestre que termina lastimado por mirar un partido de rugby. Bueno, el único no…había un par de ingleses al lado mío que se hubieran cortado las venas con una gillette antes de tener que soportar a la colonia celta y a este Argentino camuflado festejar con una pinta mientras el árbitro señalaba el final del partido.
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
lunes, 2 de marzo de 2009
Rugby - Peligroso hasta en el bar...
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