Me estoy empezando a desesperar con mi alemán. Es que no consigo articularlo correctamente y termino armando frases que no tienen mucho sentido. Bueno…a decir verdad nada de lo que digo tiene mucho sentido, pero para un alemán, mantener una conversación conmigo es casi como entrevistar a Charly o Calamaro después de un recital...no creo que puedan entender absolutamente nada de todo lo que digo o hago. Y ahí me voy solo como pidiendo permiso.
Y recuerdo entonces mis primeras lecciones en el idioma cuando aún era un adolescente irreverente que pensaba “si quieren hablar conmigo, que aprendan español”. Hoy está claro que es una herramienta que me vendría bastante mejor de lo que alguna vez pensé y todavía no la puedo usar. Nunca te pasó de no encontrar el martillo y entonces darle a un clavo con el costado de una pinza? Lo mío es exactamente eso, el clavo entra, pero no le estoy dando con el martillo.
Si me comparo en cambio con un bebé que empieza a hablar, tampoco estoy tan mal…puedo comer, se pedir, compro y vendo y tengo incorporada alguna forma de lectura…alguna, porque la mayoría de las veces puedo determinar si me están hablando de fútbol o de tenis, pero bajo ninguna circunstancia si es una opinión favorable o contraria. En este punto debo decir que es un idioma realmente difícil, porque el significado de la oración generalmente viene al final. Tal vez te dicen algo así como “a mi me gusta la primavera nada”….primero tengo que decodificar que me hablás de la primavera y después si te gusta o no…
En realidad, si te ponés a pensar, el origen de los idiomas según la biblia se da en la torre de Babel, cuando Dios piensa que la construcción de una torre que llegara hasta el cielo era una muy mala idea y decide cancelar la obra haciendo que todos los operarios hablen lenguas distintas. Visto desde esa perspectiva mi alemán es muy avanzado, porque entiendo que podría construir una torre con algún alemán…o seguramente no.
Vuela mi mente a la torre…me pasé 4 horas poniendo ladrillo con ladrillo, colgado del andamio y cuando viene el arquitecto me dice “Todo bien con tu laburo, pero porque hiciste la pared? Yo te dije hace la pared no”. Te aseguro que a 20 metros de altura, colgado del andamio, con las manos llenas de ampollas y polvo en los ojos, lo insulto en español alemán y latín…me sale el tano cocoliche y me tenés que agarrar para que no le tire un balde de cemento y lo transforme en estatua.
Y entonces se da la negociación típica de un Argentino con un Alemán: “negro…todo bien…pero ya está…es una torre…necesita paredes…en el fondo no le hace nada…es más nadie la va a ver, no?”. Y a la cuarta vez que te dijo “la tiramos abajo, porque no está en el plano y no podemos poner nada que no esté en el plano”, pelás una Quilmes y a los 2 minutos estás armando paredes a 4 manos. Porque Dios nos cambió el lenguaje, pero la Quilmes nos gusta a todos no?
Aprovecho para agradecer a Quilmes la pauta que seguramente van a poner en este medio a partir de la próxima semana. Y si tienen otras marcas chiflen que algo siempre podemos inventar…
Un mundo denso necesita pensamientos livianos para que puedan ser asimilados
martes, 10 de marzo de 2009
Una Quilmes bien helada...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario